lunes, 19 de febrero de 2018

Promesas Incumplidas

Fue un día increíble ya que viaje en mi nave a través del espacio-tiempo, al final terminaron siendo lo mismo y eso parece increíble; me acompaño mi amiga terrícola Sharon y vino con nosotras Estrella, que venía de vacaciones por navidad. Estábamos un poco perdidas por el espacio y conseguimos llegar a un planeta desconocido que tenía el nombre de G-304. Había gigantes de tres cabezas, casas hechas de comida como con chocolate o nubes que estaban deliciosas, porque eran algodón de azúcar; además de ver unicornios de diferentes colores y más animales fantásticos como dragones o el mítico ave fénix, lo más inusual del asunto es que las criaturas que allí habitaban podían comunicarse con nosotras y nos llegamos a entender bastante bien.
Después de un rato de conocernos, nos llevaron a un castillo inmenso que tenia miles de habitaciones cerradas; cada puerta encerraba un secreto, tenía varios cuartos de baño y cientos de cocinas mágicas,  en cada una de ellas habían dos robots, uno se encargaba de las bebidas y el otro, de la comida. Llegamos a pedirle al robot de la comida una pizza gigante, tardamos un siglo en terminarla; también pedí una mesa hecha de fresas y al robot de la bebida le pedí una mega bebida de coco, estaba todo delicioso y no podíamos parar de perdirles más cosas, hasta que engordamos tanto que no podíamos salir por la puerta del castillo. Fue uno de los momentos más felices de mi vida, el ave fénix nos recomendó entrar por la puerta de las pastillas; nos dijo que con solo una pastilla del árbol rojo podíamos bajar de peso y volver a nuestras casas, entramos y fue maravilloso, habían cientos de árboles con bolsitas de colores, cada árbol tenía un color diferente. Buscamos el árbol rojo como locas hasta que lo encontramos, nos llevamos unas cuantas bolsitas y salimos pitando.  Nos la tomamos y regresamos a nuestro peso ideal, decidimos poner fin a nuestro viaje y nos despedimos del castillo de los sueños rotos, también de las increíbles criaturas fantásticas que conocimos y nos subimos a la nave; comenzamos a llorar y veíamos de lejos a nuestros amigos alzando las manos, sonreímos y nos fuimos a la velocidad de La Luz , viajando hacia la galaxia Vía Láctea, concretamente para la Tierra para poder dejar a Sharon en su casa y después pasar dejando a Estrella en la escuela de magia; al final, decidí quedarme por el planeta Júpiter para darle una visita a mi bisabuela Luz Smith de los tiempos pasados cuando vivíamos con los extraterrestres.
24-11-16 "Que viva la vida con su dolor y con su alegría".

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